miércoles, 18 de diciembre de 2013

Estoy caliente




Me pasa que estoy caliente, ando con una calentura de los demonios. De esos días que pareciera irrefrenable. Me podría masturbar todo el día y seguir con la calentura.

Salgo de mi casa con la sensación de que debería quedarme en la cama, ir a tu cama, tener uno de aquellos mañaneros. Es terrible, se siente incluso como angustia.

Me siento húmeda mientras voy en el metro, siento que ante mí pasan los trozos de pornos, de escenas de sexo, de lenguas en mi clitoris o de penes en mis manos. No lo sé, voy en el metro y me imagino gente teniendo sexo, culiando salvajemente, tirándose el pelo y gritando cochinadas. No quiero sentarme porque me dan ganas de restregarme en el asiento, de balancearme de una pierna a la otra mientras las tengo cerradas.

Voy en la calle y voy mirando, pensando, intentando no sentir esa excitación salvaje. Voy mirando y a cada rincón que pasa me imagino haciéndolo ahí, en algún parque, en las escaleras, en el baño de la universidad, en la capilla...encima de mi escritorio. Y, si no, voy imaginando cómo sería hacerlo con toda esa gente ahí como espectadores, a cada hora, en este mismo instante.

Me ducho pero no ayuda, tanta humedad se siente extraña, se siente rica. Vuelvo a imaginar lenguas deslizándose por mi piel, saliva tirada, besos que se resbalan hasta mi vagina, hasta mis pezones o que se aprietan en mi cuello. No puedo pensar en otra cosa, no sé si estará mal, no sé si estará bien...no sé si te gustará. Sólo está ahí, perturbando todo cuanto hago.

Nada sirve en este caso más que culiar, más que sentirte dentro mío, más que sentir tu saliva dentro de mi boca. Tu sabor. Nada puede calmar esta calentura más que tu lengua, su textura, su calor o tu voz, ¿Si me gusta como me chupaste el chorito? Uhm, sólo pensarlo me dan ganas de gemir. ¿Si me gusta sentirte arriba mío? No sé si pueda estar acostada sin excitarme, sin imaginarte al lado mío de rodillas con tu pene para ser chupado. No puedo, realmente estar acostada intentado dormir, pensando en tu cuerpo entre mis piernas, en tu cara entre mis manos, tu lengua, tus labios, tu cuerpo entero ahí.

Me ahogo, me exaspero mientras escribo esto. Se me viene todo a la vez. No sé qué será, pero es un frenesí que me invade y que pareciera que no entiendes.

Sólo sé que estás ahí, colmando mis sentidos. Me puedo masturbar, ciertamente, pero estarás ahí, nublándolo todo con tu recuerdo, hasta que me beses otra vez, hasta que me mires y me beses nuevamente. Sentiré esto hasta que tú quieras...terriblemente, pero verdad.